Todo esto le ha pasado a Jason Kidd
desde que terminó la temporada regular para su último equipo los
Knicks de Nueva York. Colgó las botas tras jugar la eliminatoria de
semifinales de la Conferencia Este (curiosamente casi sin anotar
durante todos los partidos) y en menos de un mes, los Brooklyn Nets
lo contrataron como entrenador jefe. Hasta ahí todo de maravilla
para Kidd de no ser por un suceso acontecido el pasado verano de
2012.
Jason Kidd declaró el pasado martes
ante un tribunal del condado de Suffolk que era culpable de conducir
ebrio aquella noche cuando estrelló su Cadillac Escalade 2010, lo
cual le rebaja la pena que pasa a de ser de 3 años en libertad
condicional para una condena menor en la que tendrá un periodo
mínimo de libertad condicional y horas de trabajos para la
comunidad. La NBA suele multar este tipo de cosas por lo que el
veterano base probablemente se pierda los primeros partidos al frente
de su nueva franquicia.
Además podrá ir practicando a la hora
de tratar con un grupo como instructor ya que se le asignaron dentro
de los servicios a la comunidad dar charlas en diversos institutos de
Long Island (Nueva York) sobre los prejuicios que tiene ir bebido al
volante y otras prohibiciones.
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